No hay más, es el fútbol que nos queda, estamos expuestos a trabajar cada uno desde nuestras trincheras y desde nuestros espacios por el balompié hondureño para hacerlo cada día mejor; el objetivo debe ser ese.
Pero cómo llegar al objetivo es lo que nos debemos de preguntar todos los días de ese proceso, qué hacer para consolidar a futbolistas, cómo darles una idea base, de qué forma potenciar sus habilidades y dónde posibilitarles condiciones para jugar al fútbol.
Cuestiones elementales para jugar al fútbol y para hacerlo bien. Nos debemos proponer un plan futbolístico a nivel nacional, que tenga como objetivo la máxima formación de futbolistas para las próximas dos décadas, es así como las grandes potencias (a las cuales hay que imitar en muchos sentidos) encontraron nuevos paradigmas y fortalecieron su rica historia en este deporte.
En Honduras debemos comenzar comprendiendo que hay diferentes zonas futbolísticas según las características de nuestros jugadores, desde jugadores de fútbol calle, a campos que no tienen fin; hasta aquellos que viven en zonas que físicamente se imponen.
Luego de identificar esas zonas con diversos elementos que potencien a un colectivo, crear un modelo de juego único para todas las categorías que se forman en las selecciones menores, tener una identidad futbolística que nos represente dentro de nuestro hecho cultural, social y sobre todo dentro de nuestra comprensión del juego.
Esforzarnos por comprender que el futbolista debe ser estimulado constantemente desde la parte cognitiva para fortalecerle en su toma de decisiones y hacerle sabedor del conocimiento del juego.
El fútbol es mucho más que fútbol, se lo escuché decir a un amigo una vez, y cuánto de fútbol y de razón lleva ese pensamiento. Formar un modelo de juego representa crear vínculos socio afectivos, más en las selecciones menores donde los jóvenes conviven semanalmente. Debemos saber que la formación de futbolistas es algo integral que se desarrolla en el transcurso de los momentos no lineales que viven las personas que juegan.
Tenemos la gran oportunidad de cambiar el rumbo futbolístico del país, de dirigirnos hacia grandes cosas, porque hemos tocado lo más bajo de nuestra historia y ahora solo debería existir un camino; y ese solo nos muestra la luz al final del túnel.
El fútbol de formación no es su presente únicamente, es su proyección en el futuro y la capacitación constante de aquellos que buscan educar al futbolista en pro de un bienestar nacional.
Hagamos fútbol...
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