Pasa en Europa, puede pasar en todos lados. En el Stade de France de París ocurrió algo que pocas veces se ve en partidos élite, el retraso del inicio de un partido, esta vez por la final de la UEFA Champions League.
Y es que de los 52 mil entradas que se pusieron a la venta para el juego entre Real Madrid y Liverpool, cientos fueron falsificadas, algo que ha dañado la previa del espectáculo más grande del fútbol a nivel de clubes.
Pues esto hizo que múltiples hinchas de los Reds no pudieran acceder al recinto, pues la seguridad se los impidió, a lo que ellos atentaron contra el mismo y empezaron a ingresar violentamente, saltando las vallas y burlando al personal en el acceso del complejo.
También hubieron algunos aficionados que sí contaban con entradas verídicas, pero en su desesperación de ver que no iban a entrar por los conflictos en la entrada, se sumaron a la causa e irrumpieron al estadio que presenta un endeble sistema de ingreso.
La policía local tuvo que intervenir, algunos agentes lograron atrapar a los revoltosos, y a los que no les tiraron gas lacrimógeno.
Los conflictos a las afueras del recinto hizo que la UEFA retrasara el inicio del partido, estipulado para las 9:00 pm local (1:00 pm de Honduras), hasta las 9:30 pm, es decir, treinta minutos después de la hora programada, aunque en principio se anunciaron que iban a ser solo quince.
La razón del retraso es para que todos los fanáticos pudieron ingresar a tiempo al estadio y así no perderse la final de la Champions League. Los jugadores que ambos clubes regresaron a la cancha para realizar de nuevo su calentamiento.
