La historia de este aficionado brasileño comienza el pasado lunes, 6 de junio, a las siete de la mañana, cuando decidió ir a apoyar a su equipo recorriendo casi 150 kilometros.
Oliveira de 19 años, se conviritió en el único testigo de la goleada que le propinó el club de sus amores al Cerés (4-0). El fue el único que festejó los cuatro goles y hasta fue felicitado por toda la plantilla.
''Grité y celebré los goles. Le reclamé un penal al árbitro y hasta se voltió a mirarme, pero al final regresé hasta mi casa con los tres puntos. Hasta el técnico Leandro Silva me dijo que mi presencia habia sido importante para el equipo'', comentó Oliveira para el portal 'Globo'.