Internacionales

Lluvia y huelga de buses amargan fiesta mexicana en Natal

Los aficionados aztecas sufrieron el caos antes y después de la victoria del “Tri” ante Camerún.

2014-06-14

Una lluvia torrencial y una huelga de autobuses en Natal amargaron la fiesta de muchos hinchas mexicanos y de otras nacionalidades que este viernes enfrentaron grandes dificultades para asistir al partido México-Camerún, el segundo del Mundial, constató la AFP.

El diluvio en esta ciudad que la FIFA presentaba en sus folletos como 'la ciudad del sol', con 300 días soleados por año, ha dejado calles y coches inundados y túneles cubiertos de agua, forzando a varias personas a transitar con el agua a la cintura.

Un deslizamiento de tierra enterró cinco vehículos y sus conductores y pasajeros debieron ser retirados por las ventanas, informó el diario local Tribuna do Norte. Las intensas lluvias dificultaron el desplazamiento de los hinchas y generaron colas y caos de tráfico para acceder al estadio.

Los aficionados mexicanos, con sus camisetas verdes, grandes sombreros y coloridas máscaras intentaban protegerse de la lluvia bajo los puentes, a la entrada de algunos comercios o en las paradas de autobús, constató un periodista de la AFP. Pero en vez de amainar, la lluvia era cada vez más fuerte, y miles llegaron al estadio calados hasta los huesos.

A camino del estadio das Dunas se formaron embotellamientos a medida que la lluvia se intensificaba y algunas calles comenzaban a inundarse. Muchas calles alrededor del estadio están inacabadas, y muchos tuvieron que andar por el barro para acceder a algunas entradas.

HUELGA TAMBIÉN COMPLICÓ

Pero además de la lluvia, los hinchas tuvieron que enfrentar una huelga de autobuses que complicó más los accesos, ya que ese es el único sistema público de transporte en la ciudad. Muchos hinchas desistían de esperar el autobús y tomaban taxis, que eran muy escasos y que según medios locales llegaban a triplicar la tarifa.

' No había taxi ni autobús', dijeron los hinchas mexicanos Juan Sánchez y Julio Hernandez al diario Tribuna do Norte de Natal. Muchos tuvieron que caminar los 8 km que separan el barrio turístico del estadio.

Aunque los trabajadores de autobuses aseguraron que cumplen los servicios mínimos, la alcaldía puso en marcha un plan B para garantizar el acceso al estadio, autorizando a vehículos escolares y de otro tipo para hacer el traslado, dijo a la AFP un portavoz de la Secretaría de Movilidad Urbana.