El equipo entrenado por Gregg Berhalter pisó el terreno de la batalla ante Honduras y tal parece se sintió cómodo. Pulisic andaba de buen humor riendo a carcajadas y bromeando con el carismático Kellyn Acosta.
Quien anduvo recorriendo el estadio conociéndolo a más no poder fue el experimentado John Brooks. El espigado defensor central tal parece en su visita en 2013 se le quedó perdido algo en el terreno de juego ya que quedaba viendo la cancha como quien busca una aguja en un pajar.
El mediocampista Antonee Robinson del Fulham de Inglaterra tuvo que ser asistido por el cuerpo medido de la escuadra gringa pues antes de entrar al campo su tobillo derecho fue cubierto con un vendaje.
Los gringos, al ver la presencia de la prensa hondureña se fueron a entrenar al sector de sol para esconderse aún más en los 15 minutos de acceso en el entrenamiento.
Estados Unidos llegó este mismo martes a las 2:00 de la tarde a suelo hondureño y después de un corto descanso en el hotel de concentración arribaron al Olímpico para entrenar previo al duelo de mañana ante Honduras a las 8:30 de la noche.
Cinco días después de haber enfrentada a El Salvador en el Cuscatlán, los gringos regresan a Centroamérica, un ambiente que incomoda a sus futbolistas ya sea por el terreno de las acciones, entorno y los rivales que se crecen cuando los enfrentan.
'Fue increíble. El ambiente era hostil, por decir lo mínimo. El campo obviamente no es genial y... el balón' dijo Tyler Adams, futbolista americano del Leipzig, tras su juego ante los guanacos. 'Yo les digo que prefiero jugar contra Inglaterra y Francia, donde las condiciones, los aficionados, el terreno de juego y la pelota son ideales, para nosotros no es una situación ideal, todo es diferente', culminó.
