Durante el festejo, pasó por un lado del árbitro Saíd Martínez quien no le perdonó el gesto y lo pintó de amarillo. Y es que el delantero había estado protestando la falta penal que el árbitro en primera instancia no había pitado.
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Rubilio le rogó diciendo que era mano de Paz en el cierre del partido. Saíd tuvo que consultar y tras un tiempo, pitó el penal a los azules y fue así como se descargó de su furia el delantero motagüense.
No es la primera vez que Rubilio se sobrepasa en un festejo; en un partido en el Yankel Rosenthal se puso a llorar por la expulsión y armó un berrinche; tuvo que ser sacado por los asistentes de Diego Vázquez.
El gol de los azules cayó demasiado tarde, Olimpia ya había liquidado el encuentro con los goles de Jerry Bengtson y Diego Reyes que ahora los dejan a un punto del Motagua y mirando de reojo los partidos que se les vienen en la semana por la Liga Concacaf