'Gracias a Dios se me dio la oportunidad de escoger el número. Yo debuté con el número 25 y cuando llegué al Motagua también lo quería usar, pero lo tenía (Marlon) Licona y no se me dio. Usé el 18 al que le tomé cariño porque admiro a Marvin Chávez. Ahora dije que quería continuar con el número 18 porque Marvin jugó aquí y para mí es un privilegio', dijo.
Sus expectativas con el Monstro Verde son grandes, promete a la afición entrega.
'Me están dando la oportunidad de seguir siendo jugador, las ganas no me van a faltar. En vez de contagiar al grupo, creémelo que ellos son los que me están contagiando a mí', agregó.
Crisanto es un especialista en enviar centros al área y ahora le tocará alimentar al argentino Rydyan Palermo. ¿Qué han hablado?.
'Hemos cruzado palabras con Palermo y a pesar que las cosas no le han salido se faja mucho en los trabajos, eso demuestra que tiene ganas. Es extranjero y aunque las cosas no salieron, es de que él se la crea y el grupo le haga saber que es buen jugador, que puede hacer bien las cosas estos seis meses. Yo aprovecharlo, mi fortaleza son los centros, que me conozca y yo conocerlo para que a ambos nos vaya bien'.
Llega con experiencia y asume la responsabilidad
Con 31 años, Wilmer vestirá su tercera camisa en Liga Nacional de Honduras, la segunda de un club grande y explica que sus objetivos son diferentes.
'Ahora vengo como líder. Con Victoria siempre estuve peleando liguillas. Con Motagua gané partidos y títulos, el recorrido no lo tenía cuando llegué a Motagua, era joven y pensaba diferente. Pero ahora vengo con otras expectativas, el profesor ha confiado en mi persona y estoy preparado. Ya no soy aquel jovencito, ahora la responsabilidad pasa por mí y la asumo', cerró.