La vida sigue con normalidad para el receptor abierto de los Jets de Nueva York, Braylon Edwards, 24 horas después de haber sido arrestado en Manhattan por conducir en estado ebrio al pedir perdón a sus compañeros y tener garantizada su participación en el próximo partido con el equipo.
Edwards, de 27 años, se disculpó con sus entrenadores, compañeros, familiares y seguidores de los Jets por las acciones que había protagonizado la madrugada del martes.
El jugador titular de los Jets se entrenó ayer con normalidad con el resto de sus compañeros y al concluir los trabajos ofreció un comunicado a través del equipo, en el que exponía su sentir por los sucedido.
'Quiero disculparme con mi familia, mis fanáticos, el señor (Woody) Johnson (dueño del equipo), Mike Tannenbaum (gerente general), Rex Ryan (entrenador en jefe) y mis compañeros. Respetaré el proceso requerido y cooperaré completamente con la liga', afirmó.
El polémico jugador no hizo ningún tipo de aportación ni dio explicación de lo que hacía a las cinco de la madrugada por las calles de Manhattan en estado ebrio, simplemente se limitó a 'alabar' a la organización a la que pertenecía.
'Estoy realmente contento por ser un integrante de los Jets de Nuva York y espero tener la oportunidad de retirarme aquí. Ahora tengo que recuperar la confianza de mis compañeros, la organización y los fanáticos', señaló Edwards en el comunicado.
Edwards ya tuvo problemas con la ley cuando jugaba con los Browns de Cleveland al pelearse a la salida de un club nocturno lo que obligó a los directivos de su ex equipo a dejarlo ir a los Jets.
Por su parte, Tannenbaum la pasada noche se limito a decir que 'Edwards estaría con el resto de los jugadores de los Jets cuando el domingo se enfrenten en Miami, en la noche de celebración del Mes de la Herencia Hispana, a los invictos Dolphins de la ciudad del Sur de la Florida.
