A sus 37 años dice adiós tras haberse ganado el respeto de sus colegas y de cada miembro de la familia del tenis nacional e internacional. Son 27 títulos, uno de Masters 1000, en París 2012, además de tres Copas Davis formando un tándem letal con Rafa Nadal, especialmente. El mismo jugador que impidió que ganase Roland Garros en 2013, como también le negó hasta en cuatro finales su querido Trofeo Conde de Godó.
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Ferrer prometió irse como llegó, siendo honesto con su carácter competitivo. Dejó atrás el día anterior a Roberto Bautista, en un choque de mucho desgaste que le pasó factura frente a Sascha Zverev, un invitado de lujo en su despedida, con quien ya había perdido en Acapulco, pero a quien superó en Miami.
David Ferrer recibió un gran homenaje al final del partido ante el alemán.
Hubo homenaje posterior en pista a Ferrer, rodeado por sus familiares y grupo técnico fiel, incluido en esta ocasión Javier Piles, con quien vivió la entrada al ATP Tour y los momentos más álgidos. Marta y el pequeño Leo, que hace un año el sábado, ganan más tiempo con el de Xàbia, que seguirá ligado al mundo del tenis. De hecho, ya tiene academia con su hermano Javier. Y seguro que habrá más proyectos en marcha en cuanto se tome un respiro.
Se va un grande, una referencia válida para cualquier niño o niña que desee probar fortuna en el mundo del tenis. Primero divirtiéndose y después siendo consecuente con el camino tomado.
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Profesional desde 2000, ha ganado 734 partidos individuales, perdiendo 377. Subió al nº 3 mundial en julio de 2013, cuando se convirtió en el mejor de los mortales, tras las leyendas Roger Federer, Novak Djokovic y Rafa Nadal.