-Desde Buenos Aires, con pasión...
“La palabra imposible, es una palabra tan fácil de destruir”
Una crónica inventada hace más de un tiempo atrás, un partido jugado amando y respetando la pelota, la hinchada que quiere un gol; la platea queriendo más cosas. Iban para todos lados con la número cinco, eran felices seres humanos, eran únicos y extraordinarios; tenían el don de jugar al fútbol.
VER: Gaspar Vallecillo: “El fútbol hondureño vive sus peores momentos posibles
Me subí a mi primer taxi en Argentina el domingo 10 de abril del 2022, hablé con el conductor de fútbol, de cultura, de política, de Menotti, Bilardo, Cappa, Panzeri, como soy un agradecido por naturaleza, le agradecí a don Héctor Triani, su aguante conmigo y mis preguntas. Una crónica malhecha en la tierra de Diego, de Messi y quien quiera jugar a la pelota como los dioses que se sientan solos en el Olimpo de este juego.
Iba a entrando al Mercado de San Telmo y entre el bullicio de aquellos andando y los otros sabiendo llegar, un hincha de Lanus, y lo sé porque le vi sus colores, expresó: “La palabra imposible, es una palabra tan fácil de destruir” lo decía con su experiencia vivida, su club salió campeón del Torneo Transición en el 2016 con la mayoría de su plantel con un promedio de edad de veintidós años; y después quedaron a un paso de la gloria al perder la final de La Copa contra Gremio.
Anduve hoy con la camisa de Maradona, artista incomprendido, de la América Latina perdida; hundida siempre en la decepción. ¿Será por eso por lo que quiero tanto al Diego, porque pienso en todo aquel que en un buen contexto puede vivir gracias a su talento? Al Diego, no lo trataron como merecía, nunca. Soy un defensor que la pelota te da, te quita, pero aquellos que trabajan el fútbol casi siempre tienen mejores resultados más y mejores resultados.
Una crónica que hice pensando en el desenlace de ayer, llena de polémicas intenciones de amor por el juego, palabras repetidas, ritmos asonantes, rimas incongruentes y futboleras sensaciones de posibilidades infinitas; perdóname mamá por esta locura que cargo yo. Escritor desmerecido, defensor de todo aquello que sea relacionado con las grandes y buenas emociones que pueden surgir por jugar bien antes del gol.
Solo existe una manera de jugar bien este juego, que es respetando el ángulo de los noventa grados, lo decía el maestro Menotti y lo repetía Bielsa; y así lo siento yo. Porque el fútbol nos ha dado todos un poco de la vida, y la vida nos ha dado un poco de fútbol; es por eso transmito todo aquello que creo correcto. Una crónica engavetada para mañana, que me perdonen en redacción, pero escribo desde Buenos Aires, con pasión...
