El próximo 23 de marzo en Frisco, Texas, las selecciones de Honduras y Costa Rica juegan por uno de los últimos dos boletos a la Copa América 2024. El otro lo disputan Trinidad y Tobago contra Canadá.
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Quizá este partido sea el punto de inflexión en cualquiera de ambas escuadras ya que pasan el momento más gris de la última década de su historia, más que todo Costa Rica, la gigante centroamericana que está acostumbrada a otras cosas.
El equipo tico, avezado a grandes papeles, llegó a esta fase de la respesca luego de ser abatida por Panamá, que en su defecto pasa su mejor momento futbolístico a nivel de selección.
Y es que el mal pasaje que atraviesan los ticos se da al recambio generacional obligado al que están siendo obligados. La Sele perdió a grandes hombres que le dieron lucidez al combinado nacional en los últimos años.
Los Bryan Ruiz, Celso Borges, Giancarlo González, Christian Bolaños, incluso Kendall Waston u Óscar Duarte, desaparecieron de las últimas convocatorias, unos producto de su avanzada edad y otros por un bajón en cuanto a su nivel.
De la gran generación costarricense que tuvo un memorable paso por el equipo tico y que podría estar en el duelo ante los catrachos es Keylor Navas, quien está en el epílogo de su brillante carrera. El meta de 36 años es el úinico que podría ver acción.
Joel Campbell es el único que sobrevive con una constancia regular en el equipo que ahora dirige Gustavo Alfaro, técnico que tiene la misión de llevar a los ticos a otra Copa América en su haber.
Alfaro tendrá que apelar a los jugadores jóvenes que quieren hacer crecer la historia de Costa Rica, pero que de momento esa labor les queda grande, y algunos de ellos son Jewison Bennette, Brandon Aguilera, Anthony Hernández, Kenneth Vargas, Orlando Galo, entre otros.
