Constituye un gran honor para Honduras que en toda esta área de tres de las cuatro Américas sea un compatriota que tome las riendas de Concacaf después de su excelente gestión como presidente interino hace dos años.
El encarcelado actual, el expresidente Jeffrey Webb, actuó deshonestamente y fue descubierto junto a su secretario Enrique Sanz, desviando fondos de los derechos de transmisión por televisión para los países caribeños de las eliminatorias para los mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022, utilizando bancos de Estados Unidos y de las Islas Caimán, su país de origen.
El estadounidense, exsecretario de la CONCACAF, Chuck Blazer, quien desde 1990 fue cómplice del trinitario Jack Warner, decidió delatarlo en 2011, pero se salvó al renunciar voluntariamente a su cargo.
Una de las tácticas mundiales que usan los investigadores es perdonar a corruptos que se prestan para “quemar” a sus socios a cambio de no ser tocados y eso explica la razón por la que algunos peces gordos del fútbol mundial no han sido tocados todavía en esta investigación. A este tipo de delatores se les llama “testigos protegidos”.
Blazer es el gran testigo porque estuvo muchos años en FIFA y CONCACAF.
¿PODRÁ HAWIT?
Alfredo Hawit y la CONCACAF han sido grandes aliados del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien a cambio de los votos para reelegirse desde 1998 les ha permitido una serie de actos reñidos con la ley que hemos sufrido, como el hecho de que hoy en Honduras no tenemos un Proyecto Gol, que ya tienen la mayoría de los 35 miembros con derecho a voto en el Norte, Centroamérica y el Caribe.
A raíz de las históricas diferencias políticas que han existido entre Rusia y Estados Unidos, los rusos piensan que los estadounidenses, que a través de su FBI, ha encabezado esta cruzada en la que ha descubierto a decenas de dirigentes deportivos corruptos, persigue como objetivo principal, quitarles la sede del próximo mundial que se realizará dentro de tres años y creen que para lograrlo han extendido bastante lejos de sus fronteras de sus normas jurídicas.
Ahora viene una presión de los grandes patrocinadores de los eventos FIFA que ahora se han convertido en aportantes de una empresa que maneja mal los fondos que recauda.
Lo cierto es que el suizo Blatter ha sido nuevamente reelecto como presidente de la FIFA gracias a la mayoría de las 46 asociaciones asiáticas, las 54 africanas y parte de Concacaf o sea gracias al tercer mundo futbolístico, que es mayoría, pero teniendo en contra a los principales países de Europa que exigen a gritos su salida.
Para combatir la corrupción que prolifera en los países tercermundistas.
¿Podrá Alfredo Hawit desempeñar tres puestos a la vez en FIFA, CONCACAF Y FENAFUTH?
