A pesar de que el León haya ganado 0-6 en su visita a Surinam en un partido para la historia, fue suspendido debido a que el dueño del equipo rival, Ronnie Brunswijk, ingresó, una vez finalizado el partido, al vestuario merengue para saludar a los futbolistas y posteriormente regalar el dinero a los hondureños en forma de agradecimiento.
Ante ello, el máximo organismo del área decidió descalificar del torneo a ambas escuadras por 'graves infracciones de integridad después del partido' y castigar al Brunswijk, que también es vicepresidente del país sudamericano, por tres años de toda actividad futbolística, según el comunicado que emitió el ente.
En ese informe, Concacaf dejó la puerta abierta para otras suspensiones, pues apuntó que la observación sigue en pie. La confederación dijo que 'continúa investigando este asunto y a otras posibles personas involucradas, y se reserva el derecho de remitir cualquier evidencia adicional a su Comité Disciplinario', por lo que Olimpia como institución está libre de una nueva sanción, sin embargo, sus integrantes sí podrían sufrir consecuencias tras al escándalo.
Por su parte, Brunswijk aclaró el jueves en sus redes sociales los motivos de su accionar grabado en video fue un acto de gratitud y más tarde concedió una entrevista al medio local 'Starnieuws' donde amplió algunos detalles.
El político explicó que su entrada al camerino visitante no estuvo condicionada y que solicitó un permiso para ingresar y que antes de repartir la plata, lo consultó con el encargado de la delegación, aunque según conoció DIEZ, Osman Madrid quien era el responsable de la delegación, no autorizó ni estuvo involucrado en los actos al igual que el entrenador Pedro Troglio quien en ese momento estaba fuera del vestuario.