La vida de este característico goleador hondureño que brilló con los aurinegros y en Motagua, sigue de alguna manera ligada al fútbol, en un país diferente que le ha abierto las puertas para enseñar a los más pequeños sobre su conocimiento de la redonda.
Alex en la Academia en Estados Unidos.
“Mi pasión siempre ha sido el fútbol, me ha hecho conocer mucha gente, muchas amistades en Carolina del Norte, Miami, y varios lugares de Estados Unidos. Estoy con una escuela de “soccer” de niños, enseñando por mi experiencia como futbolista que fui, a los niños de Charlotte”, sigue contando su nueva historia.
Ávila aparece junto a su padre Arnulfo y posando en Charlotte, EUA.
ORGULLOSO
Esta gloria del fútbol hondureño realiza tres actividades que disfruta, en particular dos de ellas, que son una pasión y una satisfacción.
“Además de enseñar al fútbol, trabajo en la pintura y aparte estoy trabajando en una Fundación de niños con autismo, donde he tenido todo el apoyo. Lo más importante para mí es ver feliz a los padres con su hijo viendo sus progresos en esta vida”, manifiesta desde su hogar en Carolina del Norte.
Como para muchos hondureños que llegan a Estados Unidos, para Ávila también es un proceso donde en la aventura de la inmigración ha tenido que pasar sobresaltos, pero al final ha podido acomodarse y ser uno de los miles de catrachos que contribuyen a la economía del país.
“Hay situaciones difíciles que uno enfrenta en este país, pero gracias a Dios tengo muchas amistades aquí que me han apoyado bastante y gracias a ellos he hecho cosas buenas con respecto al fútbol y en mi trabajo de pintura. No me puedo quejar, vivo como todo inmigrante, luchando por hacer las cosas bien”.
La mayor satisfacción de Geovani Ávila en la actualidad es dirigir su propia escuela de fútbol en Estados Unidos.
“Tengo pensado regresar a mi país, sé que poseo muchas cosas y enseñanzas para la niñez hondureña. Quiero dar mi experiencia como futbolista que fui. Hay posibilidades de regresar a Honduras y espero tener el apoyo de los equipos allá y que me puedan dar la oportunidad de dirigir”, sostuvo.
Sus cualidades como delantero no nacen a todo momento y Ávila asegura que en la actualidad “no hay ningún jugador con mis características, Honduras carece de centrodelanteros y no hay futbolistas que estén preparados para ese puesto, ese fue el fracaso que tuvo Medford, que fueron injustos con él en la Federación”.
Haciendo una retrospectiva en su vida, el “matador” limeño rememora sus inicios en el fútbol. “Mi mejor inspiración fue mi padre, fui su seguidor cuando jugaba en los campos bananeros en La Lima, tenía ese ímpetu y seguí los pasos de él, me apoyó cuando tenía 14 o 15 años, jugaba en el Alianza limeño”.
Su determinación le permitió ser fundamental en momentos importantes en sus equipos sobre todo aquella final de 1988.
Alex se siente orgulloso de sus trabajos en Estados Unidos.
Pero no todo fue color de rosa para este ariete y cuenta la pesadilla que vivió en Platense con Alberto Romero como entrenador. “Llegué a Platense y muy agradecido con Aníbal Cantarero y con Luis Valle, quien en paz descanse, que me apoyaron bastante. Había un entrenador que desde que llegué a los selacios sentí su antipatía y fue el argentino Alberto Romero, para mí ha sido uno de los entrenadores más pésimos que he tenido”.
Así como muchos jugadores, Ávila le dio mucho al fútbol y siempre tendrá un lugar especial en la historia.
DATOS:
* Anotó su primer tanto el 14 de abril de 1984 en el triunfo 2-0 de Real España sobre Victoria y el último el 5 de enero de 1997 en el gane 1-0 de Platense ante el mismo Victoria.
* Fue máximo goleador de la Liga Nacional en los torneos 1989/90 con Real España y 1994/95 con Motagua. Marcó 71 goles en la Liga Nacional.
SU PERFIL
Nació en: La Lima, Cortés
Fecha de nacimiento: 26 de diciembre 1964
Edad: 50 años.
Estado civil: Divorciado.
Hijos: Kenia Jackeline y Luis Arnulfo Ávila Chacón.
Retiro: 1999.
Grandes logros: Dos títulos de Liga Nacional y dos campeonatos de goleo.