Siendo niño, Eric Vargas tuvo el sueño común de todos los niños argentinos: ser un jugador profesional como Diego Maradona o Lionel Messi. Pese a tener condiciones y hacer el intento de convertirse futbolista, no lo logró, todo se quedó en eso, en una ilusión.
Sin embargo sí hizo realidad su otro anhelo: graduarse como periodista profesional con especialidad deportiva.
Este joven argentino, de 35 años, tiene pasión y amor por los perros (es adiestrador profesional), al sentir escapado su deseo de ser jugador, inspirado en la historia que dejó su padre en el equipo Estudiantes de La Plata, se dedicó a asistir de material futbolístico de apoyo a Héctor Vargas, con quien ahora inmortaliza la imagen de papá e hijo entrenando juntos como entrenador titular y asistente en la primera división de Honduras al Real Sociedad.
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LA ENTREVISTA
¿Quién es Eric Vargas, cómo te defines como técnico y persona?
Primero que soy argentino, inicié mi carrera como entrenador aquí en Honduras donde vine a intentar jugar, pero se me complicó por ser el hijo del técnico, extranjero y quizás también por no haber tenido la formación que ameritaba.
Tampoco fueron los lugares y los momentos justos indicados. Cuando fui a Platense ya tenían los cuatro extranjeros firmados, en Victoria me pasó lo mismo, también en Deportes Savio cuando estaban Diego Vázquez y Ney Costa, recién habían llegado un uruguayo y un brasileño que estaban ya firmados.
Siempre tuve la oportunidad solo de entrenar. Después por la necesidad de hacer algo comencé a ayudar a mi papá que en ese momento entrenaba al Victoria. Antes de eso en Platense, que no tenía preparador de porteros, yo le ayudaba con Víctor Coello y con José Mendoza porque a mi me gustaba ejecutar córners y tiros libre.
Pero en Victoria ya no le pude ayudar porque había preparador de arqueros, entonces pensé que algo tenía que hacer para ayudar a salvar del descenso y comencé a analizar los rivales, además llevaba estadística de quiénes eran los que más jugaban de los adversarios y quiénes anotaban los goles, recorte de periódicos con las estadísticas, cosas básicas. En esa época costaba encontrar los partidos completos si uno no los grababa en video caset.
¿Eres como la historia del jugador frustrado que se convirtió en técnico?
En algún punto sí y en algún punto no. Yo siento que las condiciones para ser futbolista las tenía, lo que pasa que no tuve la formación que hubiese requerido. Mi historia de vida es la de un hijo de un técnico que viaja, similar al hijo de un jugador.
Yo me quedé con mi mamá, mi papá se separó de ella y yo me quedé como en el medio. Mi papá me decía que me iba a llevar a River o Boca porque no quería que me pasara como a los chicos en mi país que los llevan de cuatro años a un equipo y a los 15 años o a los 16 no quieren saber nada de fútbol porque tienen 10 pretemporadas encima siendo un niño.
A los 10 y 14 años mi mamá me llevó a Estudiantes de La Plata, pero mi papá después llegó y me sacó porque dijo que me iba a llevar a River; sin embargo luego él se vino para Honduras y yo quedé colgado. Después volví a las reservas de Estudiantes pero solo a entrenar porque ya estaba cerrado el libro de pases.
Pude entrenar con la calidad de jugadores como Marco Rojo que jugó en la selección, además Federico Fernández, Marco Francescoli, Gastón Trotta, el hijo de Roberto Trotta, Maxi Núñez, Raúl Iberbia y Saucedo. Por último fui hacer una prueba a Independiente, la aprobé pero con tan mala suerte que me enfermé de varicela. Esperé un par de meses y me vine para Honduras. Sentí que la separación de mi papá y mi mamá me afectó.
¿Lo de ser técnico fue iniciativa tuya o propuesta de tu papá?
Lo de técnico se fue dando. Yo lo que hacía también es conseguirle a mi papá informes de Pep Guardiola, también videos y charlas de Marcelo Bielsa y José Mourinho. Hablábamos además cuestiones tácticas porque la forma de jugar de nosotros es con referencias, presión alta, presionar en zona. Fue algo que se fue dando, me fui guiando.

¿Qué significa ser asistente de tu papá?
Varias cosas, pero lo más importante es que he tenido un aprendizaje enorme, sobre todo aspectos tácticos y manejo de grupos. A mí lo que más me afectaba cuando venía a Honduras es que uno viene de otra cultura y quiere cambiar ciertas cosas. Por ejemplo: me afectaba que el jugador teniendo 21 años, se arrodillaba, le pedía a Dios pero después se tomaba 40 cervezas o tenía 200 mujeres.
Yo decía, cómo es posible que le pida a Dios tantas cosas y al rato le llegaba un mensaje a mi papá diciéndole que los jugadores estaban en la disco. Yo le decía a mi papá que los sacara del equipo antes de que lo terminaran corriendo a él, pero el me pedía tranquilidad, que al final del torneo se podía elegir si un jugador se quedaba o no, que se podía traer otro de mejor nivel. Aprendía a percibir y a manejar eso.
De mi papá también he aprendido mucho la lectura de partidos, además el manejo previo de los juegos que no solo se ganan en la cancha, cómo sacar ventaja por ejemplo el tema de los árbitros, directivos o técnicos adversarios, creo que eso él lo aprendió de Salvador Bilardo.
Sí, tengo que entender también a veces que por ser el hijo arranco con menos 10 de ventaja, pero tengo capacidad para demostrar que estoy por capacidad y no por apellido. Entro por él por la puerta pero lo sostengo con capacidad, por ejemplo: yo conozco los 30 jugadores de cada equipo de la Liga, cómo juegan y dónde estuvieron cada uno y qué hacen.
Incluso tengo datos del fútbol de la Concacaf en general. La gente dice que está ahí por su papá, pero me preparé bastante para estar donde estoy. Yo le daba informes a Nerlyn Membreño para Olimpia y a Víctor Coello para Marathón. A mí me toca pagar el precio de ser hijo de Héctor Vargas.
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Por ejemplo, en el tema de salario, otro asistente es capaz que gana más que mí teniendo yo más capacidad, pero me toca pagar ese precio hasta que el día de mañana dirija solo. Hasta la misma Comisión de Arbitraje se siente incómoda porque una vez publiqué una estadística que al Motagua no le pitaban un penal en contra jugando de local y dijeron que mi dato afectaba el tema de los árbitros.
Después resultó que Melvin Matamoros no pitó un penal sobre Yeison Mejía cuando mi papá dirigía al Real España, eso hubiera cambiado la final contra Motagua.
¿Cargas esa presión de ser hijo de Héctor Vargas?
Tengo que demostrar más. Mucha gente no sabe que yo trabajo con mi papá hace 14 años de manera consecutiva. La gente no me ve al lado de él, pero hemos trabajado juntos en Victoria, Platense y Olimpia, analizándole los partidos, hasta perdía las clases en la universidad. También he ayudado en el tema de los extranjeros a pesar de que nunca se trajo a los que más o menos sugerí.
Solo en dos ocasiones me hicieron caso en el tema de los extranjeros y no me equivoqué. Por ejemplo: sugerí a Rómulo Otero al Olimpia, pero no me dieron pelota. Otero es un venezolano que en ese momento estaba en el Caracas, pasó al Audaz Italiano de Chile, luego al Atlético Mineiro donde fue compañero de Ronaldinho.
Al cubano Maykel Reyes lo recomendé después de verlo anotar un gol en un Mundial Sub-20, pero tampoco me hicieron caso y a los días lo fichó el Cruz Azul de México.
Después le recomendé a Orinson Amaya al chileno Steffan Pino que jugaba en la segunda división, no lo contrató, hoy en día es el goleador del campeonato chileno. Otro jugador que recomendé fue al uruguayo Rubén Betancourt, jugaba en Boston River, pero no lo aceptaron y terminó jugando en Nacional, Peñarol y la Selección.
Me pasó también con Luis Sepúlveda, jugaba en tercera y ahora juega en primera. La misma historia sucedió con Juan Dobboletta, Milton Celi y Facundo Suárez, que se lo recomendé a Javier Delgado en Real España, pero él insistía con Pedro Baez.
Todos los que yo sugerí y no los trajeron hicieron bien la cosas. Los únicos que recomendé y los trajeron fue Walter García, un defensa central que estuvo en el Olimpia y el otro fue Gabriel Tellas que tuvo buen rendimiento en el Vida.
¿Se entienden o alguna vez han discrepado o han discutido?
Siempre discutimos, pero son discusiones constructivas. Generalmente, según lo que yo he percibido, aquí el asistente por respeto y la magnitud del entrenador le dice todo que sí. Yo a mi papá le expreso mi postura y la justifico, cuando él no está de acuerdo en mi posición me dice el porqué. Yo voy preguntándole para aprender.
Desde la buena relación tenemos discusiones buenas, no peleas. Yo le expongo mi punto de vista y me pongo firme. A veces se encierra en su decisión, la mantiene pero la argumenta. Hubo un caso como el de Yeison Mejía que yo con el profe Luis Ayala ya no queríamos que él insistiera más con él porque no entendía la parte táctica que se le pedía, pero él lo mantuvo, el jugador entendió y terminó jugando en Estados Unidos y ahora en Motagua.

¿Cuál es el mejor jugador que ustedes han dirigido en Honduras?
Creo que de los últimos tiempos uno de los más completos dentro de la cancha es Kervin Arriaga en Marathón. Es un jugador contención que mide 1.92 de estatura, maneja las dos piernas, marca bien, llega a las dos áreas, anota goles de cabeza, puede jugar de defensa, contención y de mediapunta.
Su problema es la conducta, es un futbolista que hay que saber llevarlo. El más profesional que he conocido es Franklin Flores, es un fenómeno. Es un futbolista disciplinado, sale de la cancha y si en el regenerativo le pides cinco vueltas él te hace seis. Va al gimnasio, se va a dormir, no come churro ni toma refresco.
¿A qué técnico les cuesta más enfrentar?
Capaz que Diego Vázquez es el más complicado porque hace feos los partidos, lo para mucho, el portero Jonathan Rougier se tira demasiado y el técnico se pelea con los árbitros. En el caso de Troglio es difícil enfrentarlo por la calidad del gran plantel que tiene. Saca uno con nivel de 10 y mete otro con nivel de 10. Troglio saca a Jerry Bengtson y mete a Yustin Arboleda.
Tienen una personalidad distinta, tu papá habla bastante y es polémico, tú eres muy reservado y comedido.
No creo, somos parecidos en algunas cosas. Lo que pasa que en Argentina estamos acostumbrados a la honestidad, me he fijado que decir la verdad en Honduras es un delito, a veces alguien cae mal por decir las cosas de frente. Yo conozco esta cultura, estuve con una hondureña 11 años, tengo hermanos hondureños y amigos hondureños, considero que esas cosas pasan por el cristianismo, son más reservados.
Pero creo que desde ese lugar se juzga demasiado y como dice la Biblia: todos somos pecadores, no somos nadie para juzgar. Por ahí también se mezcla un poco que nos ponen desde el lugar del extranjero, hay como un falso nacionalismo que defiende más lo nacional y no se valora lo bueno extranjero.
Me parece desde ese lugar que se crea polémica y en realidad lo que es verdad no debería de ser polémico, es verdad y punto. Como dijo Marcelo Bielsa una vez que le preguntaron sobre los españoles, “son correctos, pero a veces por no querer quedar mal no dicen la verdad y mienten”.

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¿Tu crees que tu papá es polémico?
Yo creo que es un hombre que va de frente, dice la verdad y hace ruido. A mi papá lo toman como polémico porque no tienen con que ensuciarlo. No agarra dinero de jugadores de ningún empresario, no bebe, no fuma, es familiar, no tienen de donde pegarle. Y de diferentes técnicos que uno conoce no se puede decir lo mismo, porque el mismo que me escribe a mí por algún jugador le escribe a otro y uno se entera de cosas que hacen.
¿En quién te ves reflejado, como qué técnico quieres ser?
Voy tratando de aprender a mi modo, pero de mi papá he aprendido mucho. A nivel local me gustaría ser más como él y ojalá pudiera lograr yo lo que él ha logrado.
¿El día que te independices cómo jugarán tus equipos?
El sistema y la parte táctica casi siempre depende de los jugadores que el técnico tenga. Por ejemplo: si nosotros regresáramos a dirigir a Guatemala, llevaríamos jugadores como Lacayo, Vuelto, Shalton Arzú y Yeison Mejía, que allá no existen.
¿Qué te gusta y qué no te gusta de ser entrenador?
Lo que no me gusta es estar lejos de la familia. En mi caso no tengo hijos, me separé hace dos años acá. Extraño a mi mamá. Soy fanático de los perros que son como mis hijos. Uno cuando sale al extranjero no solo deja a su familia, también la almohada, su sofá, el inodoro, la calle que cruza para ir a la pulpería. Lo que sí me gusta es el ejercicio, el trato y el reconocimiento.
Después de las explicaciones teóricas con vídeo y correcciones que doy le pregunto a mis compañeros y a los futbolistas si yo puedo dedicarme a ser técnico el día de mañana y todos me responden que sí. Así que tengo la personalidad también para confrontar algún jugador.
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¿Cuál es tu máximo sueño como entrenador?
Ganar campeonatos y hacer debutar jóvenes para que trasciendan.
¿Si mañana terminas la relación de trabajo con tu papá y te ofrecen trabajo Pedro Troglio o Diego Vazquez, aceptarías?
Sí lo haría si mi papá decidiera retirarse de ser técnico. Me serviría trabajar con personas que han ganado cosas. Yo con Diego siempre tuve una buena relación porque fue compañero mío unos días en el Savio, pero la relación se alejó porque yo me fui para Argentina, perdimos contacto. Tuve la oportunidad de ir a dirigir a segunda división de Guatemala, pero soy honesto, me toca aprender algunas cositas más para largarme solo.
¿Alguna vez has intervenido en una pelea de tu papá?
Pasó alguna vez con el hijo de Troglio. Yo comparto con mi papá cuando dice que Troglio cuando gana viene a saludar, pero cuando pierde no da la mano, se pelea con medio mundo. Cuando me dijeron que él venía a dirigir a Honduras yo lo felicité, ahí conservo el mensaje todavía. Aprendí de mi papá lo mismo, cuando gano no voy a saludar y cuando pierdo tampoco.
¿Si te dieran a elegir a un equipo hondureño y un club argentino para iniciar dirigir, cuáles elegirías?
Argentino, me gustaría Estudiantes o el Lanús porque soy hincha de ese equipo. En Honduras me gustaría un equipo que proponga un crecimiento integral.

¿Qué tan cierto es que tu presencia como asistente de tu papá ha incomodado a algunos jugadores porque mides rendimiento físico y futbolístico y además exiges?
No sé si habrá pasado o no me enteré. A veces el jugador mete muchas excusas y cuando uno les da el seguimiento para que mejoren, ellos perciben que uno los persigue. Cuando le presentas estadísticas de vídeo el jugador se molesta, siente como que lo develas.
¿Cuál es tu opinión del fútbol hondureño?
El fútbol hondureño tiene que crecer en un montón de cosas. Hay ocasiones que se molestan porque traen un futbolista argentino, uruguayo o brasileño, pero los jugadores de esos países han tenido un proceso y los de aquí vienen de liga mayor o si viene de la calle a reservas y luego a primera división.
Es muy limitado en cuanto a procesos. Hay muchos recursos, pero no me parece que en un país tropical que llueve no hay buenas canchas. Hay un potencial enorme, pero se conforman con pocas cosas, el problema que después vienen, exigen y es complicado.
¿Cómo analizas esa final de Copa América Argentina vs Colombia?
Creo que la mística argentina le va pesar a Colombia, una selección que resentirá el desgaste que tuvo en la semifinal contra Uruguay, partido que jugó casi 70 minutos con un jugador menos. Argentina es el favorito por la calidad de su fútbol.
¿Va a pesar más Messi o James Rodríguez en ese juego?
Messi pesará más, maneja otro tipo de calidad. James es un jugador increíble, pero la respuesta de los compañeros hacia Messi es sublime.
¿Qué se puede esperar del Real Sociedad para el próximo torneo?
Seremos un equipo discreto, estamos trabajando en silencio sin llamar tanto la atención. Nos estamos reforzando en puestos claves y cambiando la identidad de juego porque el estilo pasado venía más de la escuela colombiana apuntando más a la posesión con falencias en defensa. Nosotros trabajamos más a la presión de arriba con fútbol vertical. Le apuntamos al tercer o cuarto puesto mínimo para pelear el campeonato.
¿Quién llega como favorito al torneo Apertura 2024?
Olimpia por la calidad de plantel que tiene y el proceso que ha tenido, hay jugadores que tienen siete u ocho campeonatos. Motagua también es candidato al título.