En el estadio Juan Francisco Barraza de San Miguel se vivieron momentos de tensión. Por espacio de diez minutos el partido tuvo que suspenderse luego que un aficionado catracho se subió a las mallas y encendió una bengala, algo que es prohibido en este país.
A partir de allí se generó el desorden. La Policía usó gas pimienta para bajar al hondureño y fue cuando comenzaron a arrojar botellas y los gritos de fastidio fueron totales.
Curiosamente se vieron aficionados con camisas verdes en la cancha, supuestamente son fanáticos del Marathón de Honduras, quienes también encendieron los ánimos de los contrarios.
PAGARON LOS VIDRIOS ROTOS
Cuando finalizó el encuentro, a la salida del estadio continuó la revuelta, en el video del Diario La Prensa Gráfica se ven a policías cuscatlecos golpeando a miembros de la Ultra Fiel quienes corrían de un lado a otro para salvarse de los toletazos.
Al controlar la situación, se reportó el vidrio roto de una patrulla policial, decomiso de botellas con bebidas alcohólicas y varios bates de béisbol.
Sin embargo, no hubo detenidos y más bien dos líderes de la barra Ultra Fiel se responsabilizaron del vidrio quebrado de la patrulla.
'Nosotros como Ultra Fiel nos hacemos responsables de ese vidrio y les entregamos el dinero. No veníamos a armar conflicto, a ningún país, solo a ver jugar a un equipo llamado club Olimpia. Solo sepan que nos agredieron a todos y que en esa barra de El Salvador hay otra gente infiltrada', expresaron.
Finalmente los mismos policías escoltaron para darle seguridad a los hondureños a la salida de la ciudad de San Miguel.
