Hendry Thomas, uno de los futbolistas más destacados de Honduras, nos invita a recorrer su carrera desde los días en la selección Sub-20 hasta su experiencia en Europa y el Mundial de Sudáfrica 2010. Con una sinceridad única, revela cómo cada lesión, cada ausencia y cada partido decisivo contribuyó a formar su carácter y su camino como profesional. Para él, cada dificultad tenía un mensaje que lo impulsaba a ser mejor.
A lo largo de la entrevista, Thomas rememora los momentos que definieron su carrera: goles importantes, entrenamientos extenuantes en Inglaterra y la relación con compañeros que se convirtieron en hermanos, como Wilson Palacios, Pery Martínez y Marvin Chávez. Cada anécdota refleja su amor por el juego y la manera en que el fútbol le enseñó valores de resiliencia y camaradería.
No solo habla de logros, también de pérdidas y lecciones difíciles. Recuerda con dolor la muerte de Pery Martínez, pero también con alegría la pasión de sus compañeros y la importancia de aprender de cada experiencia, buena o mala. Para el Doctor, como le conocen, esos recuerdos son parte del legado que deja el fútbol y de la formación de un espíritu competitivo y responsable.
Finalmente, Hendry Thomas abre su vida personal, compartiendo la influencia del barrio donde creció, La Planeta, en La Lima, Cortés, la admiración por su familia y su deseo de transmitir a sus hijos los valores que él aprendió en el fútbol: trabajo, humildad y perseverancia. Una entrevista que refleja no solo la carrera de un jugador, sino también la historia de un hombre que vivió el fútbol con pasión y entrega.
- LA ENTREVISTA -
— Hendry, ¿cómo está? Gracias por aceptar la invitación.
Hola, buenas tardes. Muy contento de estar aquí en el podcast y aprovecho para pedirte disculpas porque la entrevista estaba para antes, pero aquí estamos. Yo digo que somos bendecidos, el tiempo de Dios es perfecto y estamos para que hablemos de lo que nos gusta.
— ¿Cómo afronta esta nueva etapa como directivo?
Como siempre lo he dicho, agradecido con Dios. Una nueva faceta, Dios nos dio esta bendición de ahora ser directivo de Leones. Estamos muy contentos, lo que estamos haciendo es devolverle un poquito al fútbol de lo mucho que nos dio. Estamos agradecidos y con ganas de lograr el máximo objetivo, que es el ascenso.
— Siempre dijo que quería ser técnico, pero ahora se convirtió en dirigente, ¿siempre tiene la esperanza de ser entrenador?
Te soy honesto, siempre me ha gustado la parte de dirigir, pero se dio la oportunidad de poder ser el presidente de Leones y tuvimos que afrontarlo. Siempre está esa gana de poder estudiar, de poder sacar los cursos, por ahí ya estamos planeando y vamos a ver qué pasa en el transcurso del tiempo.
— Y comienza su etapa como directivo en un equipo de segunda división, Leones FC. ¿Cómo comenzó todo? ¿Cómo surgió la idea?
Esto es algo que veníamos planeando desde hace mucho tiempo con nuestro director deportivo Marvin Chávez, con el vicepresidente Víctor Bernárdez y con el secretario que siempre ha estado ahí con nosotros. Siempre nos llamó la atención poder tener un club. Nos íbamos familiarizando con lo que debíamos hacer y nos dimos cuenta de que teníamos la capacidad de afrontarlo. Sin duda alguna, estar abiertos a aprender, porque pienso que todos los días tenemos algo que aprender.
Dimos ese paso de fe, porque siempre he dicho que este es un proyecto que llevamos de la mano de Dios. Pudimos concretar lo que debíamos concretar para hacer ese cambio y estamos aquí con esas ganas de seguir creciendo, de hacer un equipo muy competitivo. El objetivo es el ascenso y poder darles a los jugadores muchas cosas que nosotros aprendimos para que se equivoquen lo menos posible. Que los errores que cometimos nosotros, ellos no los repitan.
— Me llama la atención algo: se aferran bastante al nombre de Dios, lo ponen como primordial. Creo que en el logo está un versículo bíblico. ¿Por qué le ponen Leones y qué significa ese versículo?
Sí, el versículo de Josué 1:9 dice: “Mira que te mando que te esfuerces, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo donde quiera que vayas”. ¿Y por qué Leones? Yo hago énfasis en lo que representa la actividad: valentía, fuerza. Cuando pones un proyecto siempre habrá cosas en las que necesitas ser valiente y fuerte para lo que viene. Eso surgió, lo platicamos con Marvin y sentimos que iba de la mano con lo que pensamos. Tenemos claro que hay un objetivo, pero sin Dios no es posible. Siempre hacemos énfasis en que para lograrlo tenemos que hacerlo de la mano de Dios.
— ¿Cuáles son sus leyes como directivo al fichar futbolistas? ¿Qué es lo primero que revisa?
Lo primero que hacemos es preguntarles qué quieren, qué pasa por su mente. Si ellos dicen que vienen con las ganas de sumarse al proyecto, es más fácil negociar. Buscamos jugadores comprometidos. El equipo es muy bueno, hay buena mezcla, pero estamos conscientes de que en el campo no juegan los nombres, juegan hombres. Eso les hacemos ver: que den el máximo porque fuera de la cancha nosotros damos el máximo para que a ellos no les falte nada.
— ¿Ha tenido experiencias difíciles en ese proceso de fichajes?
Sí, claro. Siempre se dan situaciones en las que uno cree que todo está cerrado y a última hora se complica. Pero en todo ponemos a Dios por delante, y si no se da es porque no era para nosotros. No nos frustramos, al contrario, seguimos trabajando y siempre aparece la mejor opción.
— Como exfutbolista, ahora presidente, ¿qué es lo que más le ha sorprendido de estar del otro lado?
Me ha sorprendido lo difícil que es. Como jugador uno piensa que todo es fácil, que todo se resuelve rápido, pero cuando estás del otro lado te das cuenta de que se necesitan muchas cosas: logística, organización, cumplir con requisitos, mantener todo en orden. Es mucho trabajo y mucha responsabilidad.
— Aparte de la amistad y la experiencia, ¿qué más le dejó el fútbol?
Uff, muchas enseñanzas, anécdotas, amigos. Ayer creo que estuve hablando con Ali Al Habsi, siempre estamos en comunicación. O sea, el fútbol es eso: te deja amigos, anécdotas, tantas cosas que uno pudo haber pasado. Cosas bonitas nada más, porque incluso las lesiones te ayudan, siempre hay un mensaje personal. Tuve lesiones, pero Dios siempre me dejaba una enseñanza; tal vez era que tenía que parar para ser más fuerte por muchas cosas. Quedé fuera de una selección sub-20 con el profesor Rubén Guifarro. Eso me hizo más fuerte. Siempre le saqué algo positivo a lo que me pasaba, siempre. Eso queda ahí, hasta que Dios decida llevarme.
— ¿Hendry Thomas cumplió todo como jugador?
Sí, te soy honesto. En ese momento, cuando quedé fuera del Mundial Sub 20, lloré como un niño. Pero entendí que era fútbol y que Dios me quería enseñar algo. Eso formó mi carácter. Me hice una persona más fuerte, independientemente de lo que pasara, y tenía que seguir trabajando hasta lograr mi objetivo.
—¿Cómo recuerda esa Sub-20 que fue a Holanda 2005?
Me considero parte porque ayudé a clasificar, aunque no estuve en cancha. Clasifiqué, estuve en la casa club, son anécdotas muy bonitas. A veces, cuando hablábamos con Erick Norales o con Ramón Núñez, recordábamos que había un antes y un después de lo que pasamos. Estábamos en casa club sin muchas comodidades, hasta agua teníamos que buscarnos. Pero nadie se quejaba; sabíamos lo que queríamos: clasificar.
— Pero después vino lo bonito. Sudáfrica 2010, recuerdo un gol suyo contra Canadá previo a la hexagonal.
Sí, fue una jugada arriesgada. Me lancé en palomita y recibí una patada, pero pensé que era el momento de asegurar la tranquilidad del partido. Cada partido que jugábamos era una final; no había revancha. Rueda nos dijo: “En casa hay que sumar de tres y fuera también sí o sí”. Fue una eliminatoria muy buena, la gente la disfrutó. Clasificamos en El Salvador, donde Dios ya había predestinado la clasificación.
— ¿Qué falta para que estos hondureños vayan a España directo? Porque ustedes salieron directo de Liga Nacional a Inglaterra, a Premier League, que no es fácil. ¿Qué falta?
Bueno, no sé. Tal vez la Selección no ha pasado por su mejor momento. Pienso que este es el momento donde la Selección debe dar ese paso de autoridad y demostrarse a ellos mismos, no a la gente, que tienen la capacidad de sacar adelante este barco. Hay jugadores que tienen la capacidad de poder salir no solo a la MLS. No estoy desmeritando a la MLS, porque es una liga muy competitiva, pero sí creo que jugadores puedan salir a España o Inglaterra, a ligas más competitivas, para beneficio de nosotros. Porque si tenemos a uno o dos, creo que la gente se va a fijar aún más en Honduras.
— Ahora bien, Luis Palma llegó al Aris, pasó al Celtic, pero no logra consolidarse en el Celtic. Desde su perspectiva, ¿qué cree que influyó específicamente en Palma para que no se haya consolidado?
No sé, yo pienso que tal vez... esa es una pregunta que él la puede contestar, no yo, porque él venía bien. Y si de repente se estancó o no empezó a hacer lo que estaba haciendo, por algo fue. A veces pueden influir problemas familiares, no sé, él sabrá. Pero pienso que es un jugador joven, que va a ir aprendiendo. No solo él, hay muchos jugadores que con la experiencia la van a ir ganando, y esa misma experiencia tienen que sacarle el máximo provecho cuando les toque salir.
Te soy honesto, en el extranjero nuestro pasaporte no pesa. Entonces tienes que trabajar el doble o triple que los jugadores con pasaporte europeo. Vuelvo y repito, no te lo digo como que él no trabajaba, te digo lo que en realidad nosotros pasamos. Sabíamos que teníamos que dar un extra para competir a ese nivel.
— Me llama la atención eso del pasaporte. ¿Qué sufrimiento o qué vicisitudes pasó en Inglaterra al tener pasaporte hondureño?
Lo que pasa es que cuando llegas y eres hondureño, si ellos tienen que elegir entre un jugador hondureño o uno camerunés, senegalés, paraguayo o uruguayo, siempre nos tocaba trabajar el doble. Roberto Martínez siempre decía que a Maynor Figueroa y a mí, porque él estuvo con Roger y Juan Carlos García, le encantaba el hondureño porque si le decía que corriera un kilómetro, el hondureño corría kilómetro y medio o dos. Eso fue algo que dejamos y fue bueno. Ojalá más hondureños puedan llegar a esa liga. Para mí, con respeto a las demás, es la mejor del mundo, porque no te da chance de relajarte.
—¿Sigue teniendo contacto con el técnico Roberto Martínez?
Sí, sí, siempre hablamos con él. Incluso lo que estamos hablando como entrenador, le hice ver que quería los cursos y me dijo que, si a mí me servía poder estar en Portugal con él, se lo hiciera saber. Las puertas siempre están abiertas. Hace como año y medio estuvimos en Manchester, que me invitaron a un partido de leyendas, y ahí pudimos hablar con el míster. Las puertas están abiertas, ya sea para mí o para el hijo del viento. Pero vamos paso a paso.
— Ahora bien, el tema de las puertas abiertas. Tanto usted como Maynor, ¿no dejaron puertas abiertas en Wigan como para recomendar futbolistas, para que haya un puente de hondureños a Inglaterra?
Siempre está. Aquí es cumplir los requisitos. En aquel momento era un porcentaje de partidos de Selección, en este momento no lo sé. Pero te aseguro que, si nos tocara hablar por algún jugador, ellos no lo pensarían por el legado que dejamos ahí. Eso sí, hay que ver cuál es el jugador que pueda jugar y crecer en esa liga, no ir solo por estar, sino para lograr el objetivo. Creo que ahorita están en segunda división y tercera, entonces hay que subir a la segunda y aspirar a la Premier.
— Dígame tres futbolistas de Liga Nacional, sin pensarlo, que mandaría ahora mismo a Europa, o digamos al Wigan.
Me gusta mucho el de Motagua, Christopher Meléndez. Siempre he sido un jugador al que le encanta Elmer Güity, siempre lo dije. Y otro jugador, el de Marathón, el volante, Tomás Sorto. Son jugadores que a mí en realidad me gustan.
— ¿El Búho Meléndez? Es un futbolista que se ha llenado de críticas, pero juega con todos los técnicos.
No sé, pero te digo honestamente: yo lo veo y, por sus condiciones, es un jugador que a mi punto de vista puede jugar en cualquier equipo. Es un jugador potente, que no se para, siempre quiere ganar. Siempre se lo dije a Marvin Chávez, es uno de los jugadores que en realidad me gustan. Por otro lado, siempre he sido fan de Elmer Güity, es un jugador que siempre decía que era para más. Se ha ido quedando, pero si tiene ganas, las condiciones están ahí y todavía puede ser tomado en cuenta en la Selección.
Quizás no logró entender sus capacidades ni el nivel que pudo haber alcanzado. Yo sigo hablando con él y a veces me toca jalarle la oreja, porque lo tuve en Olimpia. Es un jugador al que le veía condiciones que son pocos los que tienen. Como en el tiempo de Wilson, de Boniek, jugadores que empiezan como defensores y después van a la segunda línea, incluso como falso nueve. Yo lo miraba y decía: “este es de otro nivel”. Pero el fútbol, cuando haces las cosas bien, te premia, y cuando no las haces tan bien, te castiga. Espero que él, porque aún es joven, pueda retomar el camino para volver a la Selección.
—El profesor Rueda, ¿qué papel jugó en ese grupo?
Cuando Rueda llegó, transmitió un mensaje claro: “¿Quién les garantiza que estarán en la próxima eliminatoria?” Fue un cambio de chip total. Nos hizo entender que cada partido era decisivo.
— ¿Qué recuerdos tiene de Pery Martínez?
Era mi hermanito, siempre alegre junto con Marvin, un jugador que amaba estar en la selección. Me golpeó duro cuando murió; lo había visto un mes antes en Miami. Siempre recordaré sus bromas, anécdotas y alegría. Por ejemplo, una vez Marvin Chávez se enojó con Pery en un rondo porque tiró sal en vez de sudar ja, ja, ja, y se quedó uno o dos días sin hablarle. Son recuerdos bonitos que quedan en el corazón.
— Sudáfrica 2010, ¿qué significa ese Mundial para usted?
Fue espectacular. Estar cantando el himno ante miles de personas es algo difícil de explicar. Todos los que estuvimos ahí fuimos bendecidos, porque no todos pudieron estar. Es uno de los máximos logros de mi carrera.
—¿Cambió camisetas con otros jugadores?
Sí, recuerdo cambiar con Suiza, pero no era mucho para eso. Al principio en Inglaterra me negaron camisetas, como me pasó con Lampard, así que decidí no cambiar más. Aún así, guardo algunas con mucho afecto en mi museo personal.
—¿Cuáles son las anécdotas más jocosas de ese Mundial?
La verdad, todo era alegría. Estábamos en lugares con máxima seguridad, con francotiradores. Lo pasábamos bien, y quedaron recuerdos muy bonitos. Pienso que quedó un espíritu de grupo, y esperamos que los próximos puedan dar el siguiente paso.
—¿Qué distracciones tenía en su época de jugador?
Jugaba FIFA con Wilson y Marvin. Eso era todo; después no había nada más. Siempre me gustó eso, incluso salir del entrenamiento y seguir jugando.
— ¿Cómo recuerda su experiencia en el Wigan?
Fue difícil al principio. Los entrenamientos eran muy largos, el frío era extremo y uno tenía que adaptarse. Incluso había que pedir tacos medio número más grande para soportar el frío. Pero son experiencias bonitas que volvería a pasar.
—¿Qué tal jugar con compatriotas en Wigan?
Fui bendecido porque Wilson llegó antes que yo y me abrió camino. Maynor también estuvo en pruebas y ayudó. Ellos limpiaron el camino para que yo llegara contratado. Siempre estaré agradecido con ellos.
CORTITAS CON HENDRY THOMAS
—¿Qué otros clubes quisieron ficharlo en Europa después de Wigan?
Steve Bruce siempre estuvo pendiente de los hondureños. Hubo opciones de Fulham, Everton, Sunderland, pero por contratos y plazas no se concretaron. Fue frustrante, pero entendí que siempre hay factores externos que influyen.
—¿Por qué no jugó en Marathón, siendo un deseo familiar?
Marvin Chávez no me quiso llevar ja, ja, ja. Te soy honesto, ese equipo es de mi madre. Aun así, soy fanático de Olimpia y Marathón. Incluso durante una lesión me dejaron entrenar, y estoy agradecido con el equipo por eso.
— ¿Su mejor amigo en el fútbol?
Uff.. Tengo muchos: Wilson, Marvin Chávez, Maynor Figueroa, Víctor Bernárdez.
— El mejor técnico que tuvo.
Todos me dejaron algo. Desde Cocli Salgado en sub-17, Nahún Espinoza, Edwin Pavón, hasta con los que no jugaba.
— El jugador con el que mejor se entendió en el campo.
Wilson Palacios. Con él solo con una mirada sabíamos los movimientos. Jugamos juntos desde la sub-17.
—Su primer sueldo como profesional.
En Olimpia, con 16-17 años, 4,000 lempiras.