La tarde ya se ha acentuado bastante en Argentina y el reloj avanza hacia esa cita que él tanto extrañaba cuando vivía en Honduras. "En un rato voy a ir a traer a mis hijos a la escuela", cuenta Pedrito con el carisma que le caracteriza. Camisa muy de su estilo, gorra y comodidad en un sofá. Su sencillez, así como su rebeldía con las siestas, quizás vaya en contra hasta de su propia idiosincrasia argentina, pero así es Pedro Troglio. ¡Sencillo y espontáneo!
Así es el tipo que ostenta el récord de ser el entrenador más ganador en la historia de la Liga Nacional de Honduras con ocho gritos de campeón. "Yo allá pasé seis años inolvidables"... Su voz es música para el tímpano olimpista, y hoy desde la lejanía expresa su amor por el León.
"Vi el clásico, miro a Olimpia siempre", dice en medio de algún recuerdo que invade su memoria. Muchos pensamientos afloran cuando escucha Honduras y Olimpia, pero en su mente nunca cruzó la idea de que iba a estar gritando goles en Banfield de quien hace unos meses era su archirrival con Motagua: Rodrigo Auzmendi.
"No lo puedo creer. Ahí lo escuché que dijo que me había ganado, pero se olvida de las finales que le gané yo ja, ja, ja", suelta el Rulo con su particular naturalidad.
Tan capaz de hablar del golpe que significó no ser considerado para la Selección de Honduras como de revelar cuánto más gana hoy en Argentina respecto a lo que devengaba en Olimpia. Extenso y revelador mano a mano de Pedro Troglio con Diario DIEZ.
LA ENTREVISTA CON PEDRO TROGLIO
—Profe, un gusto saludarlo, ¿cómo anda? Hoy está en Argentina, pero usted es el técnico con más títulos en Honduras y mucha gente está pendiente de su presente.
Acá muy bien. Es lógico que no es para nada fácil sobre todo en la situación que estábamos cuando nos tocó llegar, cuando un club pasa un momento difícil de siete torneos de no poder ganar, no es simple salir adelante. Lo más difícil fue el primer título. Y bueno, después hilvanamos ocho de ocho a nivel local y hemos tenido momentos muy buenos a nivel internacional, como en la conquista de la Concacaf League, la semifinal de Concachampions, alguna victoria contra equipos mexicanos. Hemos tenido muy buenos momentos y también malos. La lástima más grande quizás de mi estadía es no haber conseguido el pentacampeonatos. Al fútbol también no se le puede pedir tanta perfección a todo y no me quejo de lo que hemos vivido.
—¿Cómo la pasa ahora en su país? Supongo que más tranquilo por tener cerca a la familia.
Yo me he caracterizado acá por dirigir equipos siempre con problemas. Desde que empecé en mi etapa en Gimnasia o en Godoy Cruz y he ido deambulando por lugares, siempre te han llamado las instituciones que estaban con problemas e inconvenientes. No me quejo porque claramente he tenido mucho trabajo acá en Argentina, pero lo más importante de todo era poder compartir con mi familia después de seis años.
Yo pasé seis años inolvidables en Honduras, pero lo más difícil era el tema familiar. Hoy tengo esta posibilidad de ir a buscar a mis hijos al fútbol, de llevarlos a entrenar, de compartir cumpleaños, un montón de situaciones que uno había perdido, y la situación futbolística va bien. No reniego, yo creo que tomé una decisión acertada cuando fui a Honduras.
—Por un lado no tenía a su familia en Honduras, pero por otro fueron años plagados de títulos y triunfos...
Pero bueno, me parecía también que más allá de la comodidad que yo tenía en Honduras, donde siempre ganaba y siempre era todo muy lindo, necesitaba volver a estar con mi familia y sabía que iba a venir a un fútbol complicado dirigiendo equipos en situaciones difíciles. Hubiera sido más lindo tener a mi familia y estar dirigiendo allá, porque en Olimpia vos todos los fines de semana estabas más contento que triste generalmente, te pasaba que ganabas, ganabas y ganabas, porque dirigías al equipo más grande de Honduras. Claramente que acá cuando viene algún momento malo, vos tenés a tu familia cerca. En Honduras los momentos malos eran pocos, pero sí estaba la lejanía. Para mí durante seis años mi casa no existía.
—Cuatro puntos en tres jornadas con Banfield en este inicio, ¿cómo valora este arranque?
A mí me tocó dirigir cuatro partidos con Banfield, uno del campeonato anterior y tres de este. El equipo venía de 13 partidos de no ganar y siendo último en la zona de descenso directo. Ganamos dos, empatamos uno y perdimos uno; hoy estamos fuera, pero el momento es bueno, lo que pasa es que ahora vienen por delante partidos muy difíciles: tenemos que ir a Córdoba con Belgrano, viene Estudiantes, visitamos a Boca.
Todos los partidos para Banfield son muy duros, pero somos muchos equipos que estamos en esa lucha, así que tenemos un campeonato aparte contra esos equipos e intentaremos dejar a Banfield en el lugar que tiene que quedarse.
—En Olimpia cada torneo era título o título, allá en Banfield es otra realidad. ¿Cuál es el reto con el Taladro?
La necesidad de acá a enero es quedarse en primera claramente; arrancamos en descenso directo, hemos salido momentáneamente y hay que seguir sumando, pero la idea es quedarse en primera para el año que viene; sumado a los buenos jugadores que hemos traído, hay que ver si ya podemos ansiar alguna copa, pero el primer objetivo es la permanencia.
—¿Más presión en Olimpia o en Banfield?
En los dos lugares, son dos cosas totalmente distintas. Dirigir al mejor equipo de Centroamérica y tener que ganar todo es una presión terrible, porque si bien ganás, no se acepta perder un partido, no puedes perder un clásico. Mirá que hemos estado 20 clásicos sin perder, pero perdés uno y ya sos una basura. Le ganaste al Atlas en casa, pero después perdés en la vuelta y ya no servís. Y Banfield sí se entiende que puedes perder más, pero a la larga tenés que conseguir un objetivo, sino también te van a criticar igual.
—¿Este desafío con Banfield tiene un ingrediente de revancha por las experiencias en San Lorenzo e Instituto?
No, no, no. Yo soy un técnico en Argentina que generalmente llaman para equipos que están pasando momentos difíciles; no te llama Boca o River, que van primero, sino de lugares donde hay problemas económicos porque creen que uno tiene una parte importante de motivación que lo puede sacar adelante. A veces te va bien y a veces te va mal. Lo de Instituto no lo pondría en la cuenta esa porque nosotros estábamos octavos clasificando para la última etapa. Me tocó hacer grandes campañas con Independiente, Gimnasia, Argentinos Juniors, Tigre, me tocó salir campeón en Paraguay, y después te toca alguna mala.
La de San Lorenzo era una situación compleja, pero no soy un hondureño que vino a Argentina, yo soy un argentino que fue a Honduras; acá en Argentina yo dirigí 14, 15 años y me ha ido bien y mal. No tengo ninguna espinita; sé que agarré un equipo muy difícil, donde todo puede salir bien o mal. Cuando los jugadores te siguen llamando desde Instituto o San Lorenzo es porque seguramente hice algo bueno. Si te siguen llamando los clubes es porque, cuando van a preguntar cómo trabajás, dan buenas palabras.
—Profe, hace unos meses estaba en Olimpia y supongo que no se imaginaba que hoy iba a estar celebrando goles de Rodrigo Auzmendi...
No, no lo puedo creer, pero cuando llegué me preguntaron por él y di buenas referencias, que es sinceramente lo que yo creía. También estaba lo otro, que él es argentino. A la hora de traer a alguien a la Argentina, al conocer la vida argentina y lo que es el fútbol de acá, entonces la adaptación es menor. Pero también tuvo que ver que Banfield no está en una situación económica buena, está con problemas de pago de sueldos, entonces en aquel momento Rodrigo era un jugador barato para traer y verdaderamente, por ahora, está saliendo muy bien y están todos muy contentos.
—¿Cómo fue esa primera charla cuando hacía unos meses eran archirrivales?
Ahí lo escuché que dijo que me había ganado, pero se olvida de las finales que le gané yo. Se acuerda de una que me ganó, se olvida de todas las demás. Se quedó con la última nada más, tiene memoria corta. Seguimos charlando, seguimos comentando los partidos de Olimpia y Motagua. Me tocó mirar Motagua con Independiente de Panamá, y después miro a Olimpia siempre; uno está al tanto del fútbol hondureño, el otro día me vi Juticalpa-Platense. Uno sigue ligado al fútbol hondureño sobre todo porque uno la pasó bien y, además, para seguir conociendo los jugadores, planteles y el fútbol en sí.
—Acá los motagüenses siguen molestando a los olimpistas porque dicen que por qué usted se llevó un jugador del Ciclón y no a uno del León...
Ya lo explicamos un poco. Rodrigo no es hondureño, es argentino, ¿qué significa? Que nosotros en aquel momento no teníamos cupo de extranjero, entonces Rodrigo viene de Honduras pero no es hondureño; también es un tema económico. Cuando un argentino va a jugar a Honduras, generalmente las cláusulas de salida son bajas. Las salidas son más fáciles. En cambio, si vos vas a buscar a un Edwin Rodríguez, quien ya no sale más a préstamo porque el club ya tiene necesidad de venderlo, hoy no está Banfield para comprar un jugador ni por 300, 400, 500 u 800 mil dólares. Está más para vender. Yo le traería a un montón de jugadores de Olimpia, pero económicamente el club hoy no puede.
—Si no tuviera el inconveniente económico, ¿qué jugadores del fútbol hondureño llevaría hoy porque cree que tienen nivel para rendir en Argentina?
Los que hemos hablado siempre que tienen salida del club, un Julián: un Menjivar, los famosos cuatro fantásticos, Arboleda, Benguché, son todos jugadores tranquilamente potables para jugar en Argentina. Rodrigo vino y, si bien es argentino, viene de jugar en el fútbol hondureño y se adaptó perfectamente. Cuando llegó Agustín que decían que había que ponerlo bien físicamente, eso me parece que fue una equivocación. No jugó hasta que mostró su capacidad y ahora es titular indiscutido en Godoy Cruz, y Rodrigo venía de jugar en Honduras y enseguida se adaptó y está jugando bárbaro.
Yo pienso que a veces se menosprecia, y a mí me encantó la actuación de Rodrigo porque yo pude sacar chapa de lo que es el fútbol de Honduras en la conferencia, porque si no es muy fácil decir: "No, viene del fútbol hondureño, che, vamos a esperar"... no, qué vamos a esperar, enseguida te hizo tres goles, entonces quiere decir que es mentira eso de que no es tan competitiva la liga hondureña.
—Ya me dijo que pasa pendiente del fútbol hondureño. ¿Qué tantos partidos ve?
Sí, claramente. Vi el clásico y me río porque dicen que Olimpia tiene la suerte de ganar, que fue lo que me pasó a mí en el primer campeonato. Estoy al tanto. Hoy los planteles han sufrido alguna baja importante y a Olimpia lo miro fuerte como siempre y en el campeonato local lo veo derecho y difícil que los rivales le puedan hacer sombra; a lo mejor en el torneo internacional ya cuando empiezas a competir con equipos más duros puede ser un poco más complejo, pero está bien posicionado en los dos torneos.
—¿Le mira chapa a este Olimpia para ganar la Copa Centroamericana?
Me parece que nosotros tuvimos una desgracia en los últimos dos torneos, donde todos clasificaban con siete puntos y justo en la zona nuestra no clasificabas con eso; de hecho, uno de los campeones clasificó con siete puntos. Hoy has tenido un inicio bueno ganándole al equipo de los últimos años que mejor en forma estaba. Me parece que la pelea de Olimpia está con Herediano, Saprissa o Alajualense, que arrancó perdiendo. No sé Motagua en este momento, porque se está acomodando a muchas salidas de jugadores importantes y quizás le va a costar un poco más. Olimpia lleva muchos años con los mismos jugadores y eso siempre es una ayuda.
—¿Con qué futbolistas de Olimpia mantiene comunicación?, ¿alguno le pide que lo lleve a Argentina?
No, no te piden eso, pero lógicamente que les encantaría. La mayoría me escribe para el cumpleaños, para saludarte cuando hay alguna victoria, casi todos. A lo mejor el que más llama, pero porque quiere preguntar sobre los asados es Menjívar, quien está con esa onda de tomar mate, comer asado, y quiere saber cómo se cocina, entonces uno le manda fotos cuando estamos haciendo algún asado junto a Pablo y el profe, pero hemos dejado un legado y hemos dejado mucha gente allí. Tenemos un grupo con la utinería donde nos escribimos siempre como amigos, así que la verdad que seguimos siempre pegados a Olimpia. Bueno, uno tiene dos restaurantes allá y la obligación es ir en diciembre; yo sigo vinculado siempre a Honduras.
—¿Un regreso a Olimpia está entre los objetivos o ya es algo descartado?
No, descartado nunca. ¿Cómo voy a descartar un lugar donde fui tan feliz? Nunca. Lo que pasa es que para que uno vuelva tendría que pasar algo muy difícil, como lo que se vivió en la última etapa esa antes de que llegara en el 2019 en la que no ganaba el club. Yo creo que Olimpia va a andar muy bien en los próximos años, así que no veo una posibilidad. Nunca descarto la posibilidad de volver a Honduras. De viaje o de vacaciones voy a volver, por una cuestión de ir a ver cómo están los restaurantes allá y para visitar gente amiga.
—¿Qué vivencia tuvo Olimpia y que muy pocos saben?
No, la que conté así medio por arriba, que fue una vez con Beckeles apenas llegamos. Nosotros veníamos de quedar eliminados con Saprissa, hicimos una reunión y Beckeles me dijo algo ahí en el grupo y se armó el redondo para pelear. Me dijo que me iba a matar, si me agarra ese animal grandote... pero medio que me paré, me puse cerca de Gustavo Reggi (asistente técnico) porque dije: De última que me ayude Reggi, que es más grandote. Después terminamos con una relación excelente.
En el tiempo uno va demostrando que podés tener carácter, podés enojarte, en un vestuario volverte loco, pero después yo siempre sigo prudente. Me ha costado y me ha dolido mucho ver irse jugadores que para mí han sido importantes, cuando yo no estuve que se fue Alvarado, se había ido Eddie Hernández, en su momento Portillo, Leverón, todos jugadores que para mí habían sido determinantes e importantes, y ese es el dolor más grande que tuve siempre... como no poner en una final Jerry por no verlo del todo bien, porque son jugadores que a mí me han dado muchísimo.
—¿Qué le pareció la salida de Carlos Pineda?
Hay que ver por qué, a veces uno dice: Y va a ganar un poco más desde lo económico. Carlitos ya tiene 28 años, ve pasar la edad, ve que a lo mejor no tiene una seguridad económica, entonces busca ganar un poco más también en sus últimos años. Nunca se sabe también qué horizonte busca, pero también a lo mejor cree que ganó todo en Olimpia, va a buscar un nuevo reto. Yo lo veo por ese lado, claramente que si hubiera ido a jugar a alguna liga como en Europa... pero me parece que acá ha elegido la parte económica y un cambio también de aires, así que creo que va respetado porque lo que ha dado por Olimpia fue muy grande.
—Muchos cuestionan que haya dejado un grande de Honduras por un equipo pequeño de Costa Rica. ¿Usted qué piensa?
En la vida se cuestiona todo. Yo creo que él lo pensó, lo habló con su familia, económicamente es una mejora. Y en lo deportivo ya ganó todo y a lo mejor también tiene ganas de ir a jugársela en un equipo que tenga que pelear de abajo. A Carlitos siempre le gustaron las dificultades, nunca fue un jugador que se conformó, conformista, siempre le gustó la dificultad y los retos difíciles; por eso creo que ha tomado un reto difícil más que nada para probarse.
Hay un tema acá que está causando ruido. ¿Usted qué opinión tiene de los jugadores que utilizan TikTok?
Yo siempre les recomiendo a los jugadores que no se pongan tanto a esas cosas. Pero también entiendo que uno viene de una etapa donde no existía eso. Los jugadores son chicos jóvenes que están en esto y ellos creen que es parte de todo. Lógicamente que uno los ve a veces expuestos en eso y cuando te quieran dañar esperan un día que perdés para mostrar un bailecito que hiciste en un TikTok y quizás eso lo hiciste cuando saliste campeón. Las redes sociales hoy son parte de la vida. Los chicos jóvenes quizás que conocen más de play o de streamers que de jugadores de fútbol, pero es la realidad y lamentablemente tenemos que aceptarla.
¿Es decir que usted no le prohíbe a sus jugadores que hagan transmisiones en TikTok?
No, les digo que tengan cuidado. Les digo: Muchachos, si perdimos no suban nada. Cómo va a subir que están descansando. La gente no quiere que vos descansés si perdiste. La gente quiere verte mal, no quiere verte feliz en un lugar. Yo creo que, como nosotros manejamos pasiones, tenemos que tener cuidado que cuando las cosas van mal tratar de exponernos lo menos posible. Cuando perdíamos en Olimpia, yo no salía a la calle por una semana, no me hacía ver en toda la semana. A lo mejor si ganábamos un clásico, al otro día me tenían desayunando a las 7:00 de la mañana en algún lado porque estaba feliz.
—¿A quiénes de sus exjugadores de Olimpia considera sus amigos?
Yo creo que Leverón, Menjívar, Arboleda, que son un poquito más viejitos, con el loco Portillo seguimos hablando siempre, con los más grandes. Los chicos eran más como mis hijos.
—¿Mira a Honduras en el Mundial?
Sí, sí, claramente la veo, la miro bien. Más allá de que es lógico que a veces toca perder partidos, hizo una buena Copa Oro. Con esta posibilidad que se abrieron los cupos, tenés muchas posibilidades; después puede pasar que no o que sí, pero para mí va a estar bien la pelea.
—Quiero que me conteste con sinceridad. Se percibió que en su momento lo golpeó el no haber sido considerado para la Selección de Honduras. ¿Fue así?
De hecho nunca estuve porque nunca me llamaron, viste que todos decían que sí estaba. La única vez que más o menos me hablaron con una posibilidad fue cuando había que ir a dirigir tres partidos; ¿se acuerdan los tres juegos en los que después Diego Vázquez se quedó más tiempo? La verdad que me hubiera gustado haberme sentado a hablar de mi proyecto; en aquel momento me cayó mal, yo pensaba como que si seguía dirigiendo en Honduras nunca te iban a llamar a la Selección porque capaz creen que el campeonato hondureño es fácil.
Después en el tiempo no, he compartido comidas con el presidente de la Federación, con Tato, con toda la gente. Pude haber estado considerado. Me apareció la posibilidad de un tipo como Rueda con una historia enorme, con un pasado en Honduras impecable, y es lógico que uno pierda en esa posibilidad. Estoy sin rencor, ya está, no tocó y hay que seguir adelante.
—¿Pero mantiene esa ilusión de cara al futuro?
Me gustaría, el profe Rueda termina Mundial, no dirige más y algún día aparezco en una lista, claramente que me gustaría estar en esa lista, pero no es tampoco que uno va a esperar que sí o sí sea uno, porque me imagino que en la consideración puedan entrar todos los que han empezado a trabajar ahora como un Espinel y miles de técnicos que van a pasar de acá en más, así que yo estoy tranquilo.
—Esta es brava, profe. Sin decir cifras, ¿cuánto más está ganando en Argentina respecto a lo que devengaba en Olimpia?
Del primer contrato de Olimpia a hoy más o menos un 50 por ciento más y del último contrato de Olimpia un 30-35 por ciento más. Más o menos eso.
—Para cerrar, ¿su cuenta pendiente en Honduras?
Me hubiera gustado conseguir el penta y haber clasificado a dos Champions. No digo ganar otra Centroamericana porque se ganaron 11 en la historia nada más; nosotros ganamos una, no se ganaron 115, 112 o 113. Me hubiera gustado en los dos últimos torneos no haber quedado afuera y haber llegado a la Concacaf.